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martes, 30 de octubre de 2012

+ Reciclando arcilla polimerica


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Cuando trabajamos con arcilla polimérica suele suceder que quedan restos de bastones o canes, puntitas de trabajos o trocitos pequeños que tienen alguna mezcla y no se pueden guardar con las piezas limpias y sin usar.
Por ello, os presento esta manualidad ¡súper sencilla! para reciclar arcilla polimérica con la que obtendréis unos resultados impresionantes, tal y como podéis ver en la primera foto.

Materiales:

  • Restos de arcilla polimérica de otros trabajos
  • Arcilla polimérica negra
  • Cordón y broche si queremos hacer un colgante
  • Máquina laminadora y cuchilla

Paso a paso:

¿Quién no tiene trocitos sueltos de arcilla polimérica?
Si hacemos bastones, quedan las puntitas sin usar; si cortamos sobrantes, o trocitos que llevan algo de mezcla, canes fallidas.... Todo eso lo tenemos que ir guardando en una cajita de plástico envuelto en papel transparente, ¡quizá algún día lo usemos! Como hoy...
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Ahora necesitamos tres láminas de arcilla polimérica negra, pasadas por la máquina laminadora (o con el rodiilo), al número 3 (#3) para que sea finita.
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Más o menos pueden ser esas medidas, lo único necesario es que sean más o menos iguales.
Tomamos la primera lámina, y la colocamos sobre nuestro cristal o baldosa. Para trabajar bien la arcilla polimérica es necesario hacerlo sobre un material no poroso y duro para poder cortar sobre él. Yo aconsejo un cristal (forrando los cantos) o una baldosa.
Una vez tenemos la primera lámina, procedemos a colocar pequeños trocitos de los sobrantes de arcilla polimérica nombrados antes. Mejor si son diferente grosor, para darle movimiento al bastón o cane.
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¿Véis? ¡Aquí se llama a esto "batiburrillo"!
Sobre esta capa, ponemos una nueva lámina de arcilla polimérica negra y presionamos sobre ella para que se vaya compactando.
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Y sobre esta capa, volvemos a colocar los trocitos sobrantes.
reciclando-arcilla5.jpg
Hasta canes fallidas, de todo un poco.
Y volvemos a colocar una lámina negra encima, compactando el resultado; como antes, lo partimos con la cuchilla por la mitad:
reciclando-arcilla6.jpg
Y unimos las dos partes. Pero como no queremos crear un mosaico, no las colocamos simétricas.
Incluso las desplazamos, y después compactamos el resultado:
reciclando-arcilla7.jpgreciclando-arcilla8.jpgreciclando-arcilla9.jpg
Ahora, sobre una base de arcilla polimérica negra, pasada por la laminadora en el #1, vamos colocando lonchitas que hemos obtenido con este bastón:
Y pasamos un rodillo o una botella de cristal para aplanar.
Un truco: En esta ocasión queremos integrar la arcilla superior con la inferior. Si pasásemos por la laminadora, en lugar del rodillo, el dibujo que hemos obtenido se extendería y no se quedaría igual.
Una vez que estamos satisfechos con el resultado y tiene la misma superficie, tomamos un cortante redondo, o con la cuchilla dibujamos la forma que deseemos.
reciclando-arcilla12.jpg
Y también podemos aprovechar esta textura tan bonita para hacer otras formas.
reciclando-arcilla13.jpgreciclando-arcilla14.jpg
Ahora, al horno a cocer, siguiendo las instrucciones del fabricante, que suelen ser de 110 a 130 grados, no más, y de 30 a 45 minutos en el horno. No pasaría nada si os pasaseis de tiempo, pero sí se quemaría si os pasaseis de temperatura.
Una vez que lo hemos horneado, lo dejamos enfriar y ya estaría. Para darle un aspecto satinado, otra opción sería lijarlo.
Para lijarlo, necesitaríamos:
  • Una lija de 350
  • Una de 500
  • Una de 1000
  • un trocito de tela vaquera
Primero llenamos un recipiente de agua con un poquito de jabón. Mojamos la pieza y la lija de 350 y comenzamos lijando por el bordecito. Y luego con movimientos circulares vamos repasando la superficie. Importante: no hace falta hacer mucha fuerza, es mejor estar tiempo que hacerlo de prisa y fuerte.
Así hacemos con la segunda y tercera lija. Quedará muy suave y si queremos un suave brillo, frotamos contra la tela vaquera. ¡El resultado es espectacular!
Un truco: para obtener una pieza con brillo, tendríamos que usar una pulidora
Y ya tenemos la pieza terminada, escojemos un color para nuestro cordón, que puede ser de cuero, de simil cuero, de cola de ratón (como en este caso), una cadena, etc. y un cierre.
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Y finalmente, la pieza terminada:
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Con el resto de cane que te ha sobrado puedes decorar cualquier objeto, crear otros colgantes, pulseras, broches, forrar bolígrafos... El listado es infinito

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